Mediaset apuesta por una sección dentro de ‘Sálvame Banana’ para sustituir a ‘Pasapalabra’
No sé si tendrá tirón entre la audiencia, pero el nuevo espacio de “cultura” de Telecinco llega cogido con pinzas a un reforzado ‘Sálvame Banana’. Tras la cancelación de ‘Pasapalabra’ por orden del Tribunal Supremo, Vasile y compañía se alertaron y empezaron la búsqueda de nuevos formatos parecidos al plagiado, para no perder el nicho de audiencia cosechado durante tanto tiempo con Christian Gálvez a la cabeza.
Algunos hablaban de una producción con Gestmusic, otros de un nuevo rosco con otras formas geométricas y al fin se ha tirado del hilo: Con una única prueba y como sección dentro de ‘Sálvame Banana’, Gálvez vuelve con un juego sencillo pero funcional, que cuenta con los concursantes que terminaron el formato anterior; Rafa y Orestes.
Un bote que se consigue contestando doce preguntas de cultura general del tirón. Si ya parece simple escrito, imaginaros como queda en pantalla en medio del plató de ‘Sálvame’. Orestes y Rafa vuelven a la carga con un formato pobre que pierde el entretenimiento que aportaban los participantes famosos y sus diversas pruebas culturales. Quince minutos que se hacen eternos al perder toda la narrativa que creaba ‘Pasapalabra’. Los concursantes ya no pelean por ganar segundos y en la prueba, al tener que empezar siempre de cero en caso de error, se pierde esa tensión de ver como van acertando palabras, con sorpasos entre los concursantes. Una chapuza cutre para (intentar) contentar al público de ‘Pasapalabra’ y telonar a Piqueras con un poco de cultura.
Si haces que parezca lo mismo pero no es lo mismo, estás engañando a tu espectador. Si engañas a tu espectador, se cansa y se va a ver concursos muy parecidos a la competencia. A veces es mejor asumir una derrota y dejar a los de ‘Sálvame’ gritándose entre ellos, pues con la misma sintonía, grafismos parecidos, el mismo presentador y sus mismos concursantes lo único que consigues es alargar lo inalargable por decisión judicial. ¿Superará Gálvez ‘El Tirón’ de orejas del Supremo?