Los problemas entre un padre y un hijo ponen en peligro a un restaurante.
Un desastre colosal, así podría describirse lo que se encontrará Alberto Chicote en la cocina y en la sala de “El Rusiñol”, un restaurante ubicado en la monumental localidad de Aranjuez (Madrid) en la que un padre y un hijo, ambos cocineros en el local, viven enfrentados por la forma de ver el negocio.
Pedro, el padre, cree que su hijo no está todavía preparado para hacerse cargo del restaurante. Sin embargo Chema, el hijo, está convencido de que su padre no da lugar a la evolución y siempre le reprocha que no confía en él. Mientras tanto, “El Rusiñol” vive sus peores momentos, encerrado en un local que parece estar “atrapado en el tiempo” y con unos procedimientos más dignos de un negocio de residuos que de un restaurante.
Sin embargo, a pesar de sus diferencias respecto a la forma de manejar el restaurante, ambos coinciden en algo: están convencidos de que lo que está hiriendo de muerte al negocio es la bajada del turismo. Alberto Chicote no tardará en descubrir que padre e hijo están muy equivocados. El problema no es uno, son muchos, y los culpables son ellos dos, a pesar de que cada uno elude la responsabilidad final e incrimina al otro.