En TVienes analizamos sin spoilers las principales claves de la segunda temporada
La segunda temporada de ‘Merlí. Sapere Aude’ está a punto de aterrizar en Movistar+. Lo hará el próximo 2 de abril, con una entrega que, tal como anunció recientemente el creador Héctor Lozano en una entrevista a FormulaTV, será el final definitivo de la serie. 8 nuevos episodios que supondrán el colofón a este spin off de la exitosa ‘Merlí’, emitida entre 2015 y 2018 en TV3, y con ello el cierre de la historia de Pol Rubio.
Precisamente Pol Rubio (Carlos Cuevas) sufrirá en estos nuevos capítulos un revés totalmente inesperado que cambiará su vida, y especialmente la manera de afrontarla. Algo que le afectará de lleno en sus vínculos más personales, con su familia y amigos más cercanos, sumado a la aparición de Axel (Jordi Coll), un carpintero que está restaurando el paraninfo. Este misterioso personaje será el refugio al que Pol acudirá en sus peores momentos, y le ofrecerá una forma de entender la vida totalmente alejada a lo que él siempre había tenido. La serie abordará en esta nueva entrega cuestiones tan filosóficas como el lugar del ser humano en la inmensidad del universo, el azar o el destino.
Paralelamente a esto, el otro gran personaje de la serie es María Bolaño (María Pujalte), catedrática de Ética y profesora de Pol. Seguiremos viviendo la lucha de Bolaño contra el alcoholismo y esa peculiar relación de admiración mutua que mantiene con Pol, a quien tanto le recuerda al desaparecido Merlí. Pujalte volverá a hacer las delicias de los espectadores con este personaje tan carismático, insolente y desenvuelto que, igual que Pol, también está en una constante búsqueda de su lugar en el mundo.
Se incorpora en esta segunda temporada Eusebio Poncela, interpretando a Dino, el propietario del bar Satanassa, un personaje que también irrumpirá con fuerza en la vida de Pol. El resto del elenco se mantiene, a excepción de Minerva, cuyo personaje causa baja al no haber podido participar la actriz Azul Fernández por culpa de la crisis del coronavirus. El núcleo de amigos de Pol, con la leve excepción de Rai (Pablo Capuz), sigue en tierra de nadie, sin molestar, pero sin lograr el suficiente gancho como para atraer al espectador, quedándose en meros comparsas para rellenar -pocos- minutos.
Además, esta temporada vuelve a desaparecer el personaje de Bruno, después del nuevo abandono del actor David Solans, y en esta ocasión lo hace sin ninguna justificación argumental. Sin embargo, la gestión del personaje en la primera temporada fue tan decepcionante, totalmente aislado del núcleo de Pol, que en esta segunda ni siquiera se le echa de menos, porque nunca llegamos a sentirle dentro de un universo al que el personaje ya no pertenece -y el actor está claro que todavía menos-. Se lamenta, eso sí, que su salida arrastre al carismático personaje de la Calduch, la madre de ‘Merlí’, uno de los pocos vínculos que quedaba con la esencia de la serie original.
Todo esto pone bastante en cuestión la forma en la que se vendió la misión de este spin-off, que tenía que explorar más la relación entre Bruno Bergeron y Pol Rubio, que terminaba con ellos juntos en el epílogo de ‘Merlí’ ocho años después del final de la serie. Esta hipoteca ha pesado como una losa llegando a desvirtuar por momentos esta secuela, que, pendientes de conocer cuál será su desenlace definitivo al final de la temporada, ya sabemos que no contará con David Solans y por lo tanto nunca nos ofrecerá las respuestas prometidas.
En su lugar, ‘Merlí. Sapere Aude’ nos ha contado la historia de vida de un personaje tan complejo como Pol Rubio, que ha vivido una evolución bestial desde que le conocimos en primero de Bachillerato en el instituto Àngel Guimerà hasta su paso por la Universidad de Barcelona iniciando sus estudios de Filosofía, inspirado por su profesor Merlí. Un camino que no ha sido precisamente de rosas, y que nos ha permitido seguir los pasos de un personaje fuerte y frágil al mismo tiempo, lleno de incertidumbre y miedos, pero también ilusiones y sueños por cumplir. Esta etapa culminará en esta última entrega y supondrá su despedida definitiva después de 16 episodios en el spin off y 40 en la serie original. Una trayectoria que ha convertido a Pol Rubio en uno de los personajes más admirados del panorama seriéfilo y ha significado también la consolidación de Carlos Cuevas como actor con un papel que marcará un antes y un después en su carrera profesional.