Roger Gual, director de ‘Los Espabilados’: «Hablamos de muchos temas que cualquier televisión en abierto se habría puesto las manos a la cabeza»

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El director nos explica todas las claves de ‘Los Espabilados’, la nueva ficción original de Movistar

 

El prestigioso director y guionista Roger Gual (Barcelona, 1973) se pone a los mandos de la dirección de ‘Los Espabilados’, la nueva serie de Albert Espinosa que Movistar+ estrena este viernes 29 de enero, y que cuenta la historia de un grupo de jóvenes con diferentes enfermedades mentales que se escapan de un centro psiquiátrico para lanzarse al mundo. Gual nos cuenta las principales claves de la serie, cómo ha sido trabajar con Espinosa y con la plataforma y por qué es importante el mensaje que transmite la serie.

¿Cómo llegó a tus manos la propuesta de dirigir ‘Los Espabilados’ y cuál fue tu reacción?

Roger Gual: Albert tenía en la cabeza hacer la serie porque había escrito el libro. Él y yo hacía tiempo que queríamos hacer algo juntos, y un día hablando de proyectos dijimos que estaría muy guay hacer un proyecto sobre las enfermedades mentales y cómo afectan a los jóvenes. Él me había dicho que tenía una historia que quería contar y había que adaptarla. A partir de aquí nos pusimos en contacto con Cristian Conti, que es un productor, y empezamos a buscar dónde hacerla. Realmente era un proyecto que no era fácil de abordar, ya que habla de temas tabús como las enfermedades mentales, y eso es un poco complicado plantearlo para una televisión en abierto. Pero a raíz también del interés que generó ‘Polseres Vermelles’ en su día, en seguida que fuimos a Movistar nos dijeron que les interesaba mucho el proyecto.

¿Cómo ha sido trabajar con Albert Espinosa? ¿Y traspasar esa historia de vida de Albert, que también dio argumento a su libro, a la pequeña pantalla?

R.G.: Lo que hace Albert funciona muy bien en el sentido de que él parte de cosas que son reales, y luego las ficciona y las cuenta de la mejor manera. Básicamente lo que hicimos fue eso: cogimos las experiencias que él conocía, nos inspiramos en ellas y luego le buscamos unos actores que pudieran interpretarlas. Y a partir de aquí lo fuimos modificando todo para ir a favor de obra. Hacíamos mucho trabajo de diálogos que luego íbamos cambiando durante el rodaje. Albert nos venía a ver al rodaje de vez en cuando, también para ayudar y ver cómo íbamos. Pero sobre todo nos entendimos en seguida tanto en el proceso de escritura, casting y rodaje como luego en montaje. Ha sido una muy buena relación.

¿Cómo ha sido trabajar con este grupo de jóvenes actores (Álvaro Requena, Marco Sanz, Sara Manzano, Aitor Valadés y Héctor Pérez)? ¿Se han adaptado a lo que les pedíais?

R.G.: Esta es la ventaja de trabajar con chicos tan jóvenes, de 12, 13 y 14 años, que en muchos casos era lo primero que hacían a nivel profesional. Alguno había hecho anuncios, algo de fotografía, modelos o pequeños papeles en películas, pero siempre como actores niños, digamos. Nosotros les exigíamos como si fueran actores adultos. En los ensayos les pedíamos que dijeran frases o expresiones suyas, incluso “tacos” que dicen habitualmente. Intentábamos que formaran parte del proceso. Y eso nos fue muy bien, y a nosotros nos permitió mejorar las secuencias. Y al final es muy agradecido porque ellos no tienen miedo a nada y en seguida entran, para ellos es como jugar.

De izquierda a derecha: Aitor Valadés, Marco Sanz, Sara Manzano, Álvaro Requena y Héctor Pérez. Foto: Fiorela Pongolini (Movistar+)

¿Cómo ha sido rodar en unas localizaciones tan ricas visualmente, como en la isla de Ischia, en un crucero…?

R.G.: Mientras que ‘Polseres Vermelles’ sucedía íntegramente en un hospital, aquí en este caso se escapan directamente en el primer capítulo del centro de salud mental en el que están. Entonces a partir de aquí empieza una road-movie en la cual, valiéndose de distintos medios de locomoción y distintos escenarios, van conociendo gente. Cada capítulo es un escenario diferente y, por lo tanto, un tono diferente también. Empiezan en Menorca, van a Barcelona, cruzan Europa y llegan al final a la isla de Ischia.

¿Habéis tomado más riesgos creativos al ser una serie que no se va a emitir en abierto?

R.G.: Sí, es una serie que se puede plantear desde varios puntos. Primero es un drama desde la comedia, en el que sonríes, te emocionas, hay aventuras. Pero tiene un formato de 30 minutos, que es un poco extraño porque normalmente las televisiones en abierto no lo suelen hacer. Y en este caso, hemos hecho 7 capítulos de 30 minutos para la primera temporada, que funcionan como un tiro, te enganchas muy rápidamente. Lo que pasa es que toca temas que son delicados: hablamos de enfermedades mentales en adolescentes, de conductas violentas, de intentos de suicidio, de eutanasia, de pederastia… Hablamos de muchos temas que cualquier televisión en abierto se habría puesto las manos a la cabeza. En Movistar nos dijeron que les interesaba mucho hablar de estos temas y que querían hacer una serie para generar debate sobre eso. Más allá de ser una serie de aventuras con la que puedes disfrutar y pasártelo bien, abre muchas preguntas al debate.

¿Con qué personaje de ‘Los Espabilados’ te identificas más?

R.G.: Es muy difícil. Cada uno tiene algo que es muy bonito. Mickey tiene ese espíritu libre, rebelde, que siempre quiere luchar por cambiar las cosas y tirarlo adelante y ser el líder; Yeray tiene un espíritu como más macarra, algo más rebelde y pasota; Guada tiene esta fuerza innata de la naturaleza que hace que, pese a ir en silla de ruedas, ella puede con todo; Sam tiene una bondad y una emotividad muy bonita; y Lucas es un ángel, o al menos eso es lo que dice. Entonces me quedo con un poco de todo, de cada uno de los cinco.

‘Los Espabilados’ es una serie protagonizada por niños, pero nos decían en la rueda de prensa que también es muy recomendable para los adultos y especialmente para los padres. ¿Por qué crees que es importante y qué pueden aprender los adultos viendo ‘Los Espabilados’?

R.G.: Puede tener varias lecturas. Al final es una serie de aventuras, puedes quedarte con la aventura y pasarlo bien con ellos. Y es una serie que, como te decía, puede suscitar muchos debates. Si la ves con tus hijos, tanto si son jóvenes, adolescentes o niños, como si la ves con tu pareja, creo que es una serie que abre preguntas sobre lo que estamos haciendo mal hoy en día en esta sociedad para que funcione como funcione, y que haga que muchos de los adolescentes con los que convivimos tengan esta sensación de que el mundo no les entiende. Esto ha pasado toda la vida, lo que pasa es que, cuando yo era adolescente, muchas de estas enfermedades mentales no tenían un diagnóstico o no oíamos hablar de TDAH, de trastornos alimenticios o incluso de casos de violencia en adolescentes. Yo creo que es algo que está presente en nuestra sociedad pero que de alguna manera es tabú hablar de ello, no está bien visto. Entonces creo y espero que esta serie sirva para esto, para poder reabrir el debate sobre qué hemos hecho bien y que hemos hecho mal para que esto no funcione.

La trama de los adultos va un poco en relación con lo que comentabas. El personaje de Lucas (Héctor Pérez) se convierte en un gran apoyo para el de Izan (Miki Esparbé) a la hora de ayudarle a superar su problema personal. ¿Sería la representación del espíritu de la serie, que los adultos están perdidos y son estos chavales quien deben ayudarlos?

R.G.: Claro, porque en el fondo lo que es bonito de la serie es que quien tiene más claras las cosas en esta historia son los chicos, que tienen su libertad y tienen algo por lo que luchar, y también los más mayores, que también aparecen varios personajes de una edad avanzada, y que son los que tienen más lucidez para ver las cosas. Y los que estamos totalmente perdidos en el mundo somos los adultos, y creo que de algún modo eso es bastante representativo de lo que pasa en la población.

¿Dirigirás también la segunda temporada, si se termina confirmando?

R.G.: Todavía no se sabe. Es un tema de Movistar. Yo me lo he pasado muy bien con los chicos y con Albert, y si encontramos el hueco y nos dejan hacerla, yo de cabeza.

¿En qué punto está ‘Ídolo’, tu próximo proyecto para Netflix?

R.G.: No puedo comentar mucho porque es un proyecto que estamos trabajando ahora mismo. Estamos en preproducción y, si todo va bien, vamos a empezar a rodar en marzo o abril.

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