Sonsoles Ónega nos cuenta como ha sido presentar ‘Ya es mediodía’ estos tres años
Tres años, cuatro temporadas y más de 1.110 horas de emisión ofreciendo la última hora de la actualidad política y social. Este 15 de junio ‘Ya es mediodía’ cumple su tercer aniversario en uno de sus mejores momentos en audiencia, ya que el programa batió su récord histórico de cuota mensual el pasado mayo (15,7%). Para celebrar este aniversario hemos podido hablar con su presentadora, Sonsoles Ónega.
Ya es mediodía cumple 3 años, y aunque no es muchísimo, no es fácil mantener con vida un formato, ¿esperabas en un principio llegar hasta aquí?
La verdad es que no, porque cuando arrancamos empezamos muy débiles y solo pensábamos en llegar al día siguiente, no teníamos esperanza de temporadas. Ha sido un crecimiento constante y progresivo, poco a poco ha ido haciéndose un hueco y consolidándose en la franja hasta que hemos duplicado nuestra audiencia.
¿Qué pensaste cuando te propusieron presentar el programa?
¡Que estaban locos! Hubo una mezcla de incredulidad, vértigo y miedo a lo desconocido porque yo solo había entrado a un plató para ver como hacía Piqueras el informativo. Pero sabía que era una oportunidad de vivir una experiencia profesionalmente apasionante, así que me subí a ese tren sin billete de vuelta.
¿Cómo es un día normal presentando ‘Ya es mediodía?
Casi ninguno se parece al anterior, hay días apasionantes que la escaleta se cambia poco antes de empezar por algún hecho imprevisto y otros en los que parece que en la actualidad está aburrida y no pasa nada. Mi rutina es muy básica: primero me maquillo, luego reviso guion y ya voy a plató. Trabajo menos horas que cuando era reportera en el Congreso pero son mucho más intensas.
¿Consultas las audiencias diariamente o prefieres mantenerte al margen de ese tema?
Soy consumidora compulsiva de audiencias, las recibimos en el móvil a las 8:10h de la mañana y luego hablamos con la directora para comentar como ha ido un tema o como hemos vuelto de una publicidad. No nos condiciona excesivamente en el contenido, pero sería ridículo que te dijera que no estoy muy pendiente de la evolución del programa minuto a minuto, incluso de como nos deja Ana Rosa o como nosotros dejamos a los informativos.
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La sección ‘Fresh’ con crónica social se incluyó unas semanas después del estreno ¿Cómo vives tratar estos temas?
Yo estoy muy cómoda con el bloque del ‘Fresh’, es un contenido estable siempre y cuando la actualidad no mande, porque cuando la información es de absoluta primera necesidad para el ciudadano lo que se resiente es el ‘Fresh’, eso se demostró durante la pandemia. Pero es un contenido muy amable y que los espectadores agradecen porque relajamos la tensión informativa.
¿Crees que en algún momento querrás dejar de presentar ‘Ya es mediodía’ para dedicarte a otra cosa?
Pues no me lo planteo, yo le deseo una larga vida a ‘YEM‘ porque ha sido un experimento en la franja que se sale de concursos y programas grabados que estoy disfrutando muchísimo y no me veo haciendo otra cosa. Pero eso forma parte de mi carácter, tampoco me veía haciendo otra cosa cuando trabajaba en el Congreso. Pero en cuanto a aspiración profesional yo quiero seguir «engordando» esto, ya que cada vez lo hacemos mejor y obtenemos mejores resultados a pesar de que la franja es muy competitiva porque hay productos muy diversos en el resto de cadenas.
¿En un futuro te ves sustituyendo a Ana Rosa en el matinal?
Ana Rosa es insustituible y eso es algo que tenemos que ver así. Yo siempre digo que Ana Rosa no se puede ir porque es líder absoluta, ha conseguido año tras año los mejores datos, su vigencia es total y a mi me encanta el tándem que hacemos. Además es una referente informativa en televisión.
Hace unas semanas se emitió el documental ‘15M: ¿Generación perdida?‘, ¿Cómo fue el trabajo de investigación en este formato?
Ha sido un trabajo muy bonito y gratificante, tenía muchas ganas de echar la mirada atrás y de repasar con imágenes y testimonios lo que nos ha pasado. Me preguntas por la tarea de investigación, pero por suerte o por desgracia yo lo tenía todo en la cabeza porque lo había vivido, así que ha sido una vuelta al pasado en la que he disfrutado muchísimo haciéndolo. Además he tenido la oportunidad de hablar con los líderes políticos sosegadamente.
Cuando sucedió el 15-M, tu trabajas de cronista parlamentaria, ¿Cómo viviste el movimiento, tanto profesional como personalmente?
Fue bárbaro, me he emocionado mucho volviendo a ver las imágenes. Para todos supuso un shock saber que tan cerca se estaba produciendo un movimiento de consecuencias impredecibles. En aquellos años los políticos no sabían bien a que se estaban enfrentando y se agradece la sinceridad de que lo reconozcan así. Fue un fenómeno que nadie pensó que se cristalizaría en una forma política como ha sido Podemos y que significó un cambio en la manera de dirigirse al ciudadano.
¿Por qué crees que no ha destacado mucho en audiencias?
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Ha tenido su público, pero yo creo que al hablar de política percibo cierto hastío porque la gente está cansada, llevamos un año durísimo en el que no solo hemos vivido la pandemia sino que hemos vivido una confrontación política justo en el momento en el que más unión necesitábamos. Pero el programa ha funcionado, o por lo menos la primera parte, además está también disponible en Mitele. Nosotros estamos satisfechos.
En el último año también te hemos visto presentando el debate de ‘La Casa Fuerte’ ¿Te costó mucho decidir si querías presentar un programa tan diferente a lo que habías hecho hasta entonces?
Me lo ofrecieron porque me veían capacitada y su confianza fue la mía. Fue una experiencia muy enriquecedora porque nunca había hecho entretenimiento, y descubrí lo durísimo que es mantener la intensidad durante cuatro horas. No hay obra de teatro ni show que dure tanto en ninguna de sus versiones artísticas.
¿Fue difícil controlar a tantos colaboradores con tantas ganas de hablar?
Risas. Pues quizá eso fue lo más difícil porque yo estoy acostumbrada a mantener a los míos a raya, aunque siempre hay alguno que quiere hablar más de la cuenta. Así que posiblemente sería de lo más complicado junto con el moverme por el plato porque cuando entré lo vi enorme y pensé «Dios mío, que pequeña me voy a ver yo aquí».