La nueva serie de Netflix nos da una situación idílica, difícilmente real, pero que cumple la fantasía que todos tuvimos.
Una vez terminada la nueva serie de moda de Netflix, ‘Heartstopper‘, no se puede estar más que coincidir con la corriente de Twitter: Es una preciosidad de serie. No cabe ninguna duda de que es, exactamente, el contenido que necesitan ver los adolescentes del año 2022. Es motivo de celebración que puedan desarrollarse con una imagen de la no-heterosexualidad así.
Algunos tuvimos que crecer con producciones en las que la homosexualidad no era más que un tema de conflicto y estaba ligada siempre al ambiente sórdido, las drogas y los suicidios. Producciones recientes como ‘Love, Simon’ y, ahora, ‘Heartstopper’ son muy sanadoras. Muchos no nos sentimos en su día identificados con las producciones homosexuales del momento. Se me ocurre ‘Queer as folk’, ‘Brokeback Mountain’ o ‘Looking’. Quizás porque estaban destinadas a espectadores de otra edad, aunque, también es cierto, ni siquiera ahora me siento identificado con ellas. Pero el caso de ‘Heartstopper’ es ideal para la chavalería de instituto.
He visto a gente de mi edad rota emocionalmente al ver la serie. Detrás está la cuestión de que a muchas generaciones se nos ha privado de disfrutar de una adolescencia estándar, como las de los heteros. Pero, más concretamente, creo que ese resquebrajamiento viene dado porque nos presenta una situación que todos, en su día, nos imaginamos.
‘Heartstopper’ nos da una situación idílica, difícilmente real, pero que cumple la fantasía que todos tuvimos. Que el chico hetero que tanto nos gustaba y que tan popular e inaccesible era, resultara ser gay también. Y que encima nos amara, se preocupara por nosotros, que fuera encantador y no tuviera miedo a darnos la mano y besarnos delante de todos. Todo esto nos suena. En realidad esta serie reproduce el típico modelo de historia de amor adolescente a la americana: Chica impopular logra que el quarterback se fije en ella. Pero con la importante diferencia y novedad de que es una historia homosexual.
Más allá de cualquier análisis, ‘Heartstopper’ es una serie totalmente recomendable y merecedora de sus buenas críticas. Una historia amable, optimista, que se ve con una sonrisa, que te hace recordar cosas —a muchos incluso remover las entrañas— y que no se recrea en el dolor.