Entrevista a Asia Ortega, que interpreta a Yanet en ‘Urban: La Vida es Nuestra’, la nueva serie de Mediaset España y Prime Video.
Mediaset España y Prime Video se encuentran inmersos en la recta final del rodaje de ‘Urban: La Vida es Nuestra‘. Con seis episodios de 50 minutos de duración, es un drama new-adult con la música urbana como telón de fondo que narra la historia de dos mujeres jóvenes completamente opuestas en apariencia que luchan por sobrevivir persiguiendo un sueño que parece inalcanzable: el de llegar a ser una estrella de la música.
TVienes ha acudido a una visita al rodaje de ‘Urban: La Vida es Nuestra’, en la que hemos hablado con Asia Ortega, protagonista de la serie junto a María Pedraza y Bernardo Flores. La actriz nos cuenta cómo ha construido el personaje y la complicado que ha sido grabar la serie en tan solo dos meses y medio.
El título de la serie ‘Urban: La Vida es Nuestra’, parece un lema de vida tan propio de los jóvenes, de querer vivir la vida al máximo. Has tenido esa sensación mientras grababas la serie?
He tenido esa sensación mientras grababa la serie y también durante mi adolescencia y mayor parte de mi vida. Creo que es real, la vida es nuestra, aunque siempre hay elementos externos que nos van bloqueando. Pero lo que les pasa a nuestros personajes es lo que le puede pasar a cualquier persona en la vida. Es tratar de llegar a cumplir un sueño y todas las dificultades que van apareciendo. La frustración, la competencia, los aspectos emocionales que también afectan y se reflejan a nivel profesional. Esperamos que la vida sea nuestra.
Es un personaje muy artista, que pega mucho contigo, lo estás disfrutando?
Lo estoy disfrutando un montón. Se presentó Yanet como una chica que canta pop. A mi me llegó el casting y pensé que iba a hacer lo que pudiese, pero yo y el pop no nos entendemos mucho. Me dijeron que me preparase lo que me diese la gana y me preparé un tema de Rosalía, «Catalina». Es un tema muy acústico y bonito, con unas modulaciones vocales curiosas que se asemeja más al rollo que yo puedo llevar.
Siempre me he decantado más por el flamenco, música urbana o latina. Pero con el pop me encontraba en terreno desconocido. Y gracias al casting que hice empezó a variar el personaje y se llevó a generar la Yanet que conocemos ahora. Es una chica malagueña, con influencias del sur, andaluzas, del flamenco. Que mejor que una malagueta, que pese a viajar a Madrid sigue teniendo sus raíces flamencas, mezcladas con los tintes urbanos que tiene la serie.
¿Cómo es tu personaje?
Yanet es una chica con un carácter muy fuerte, que también ha vivido una partición de personalidad. Ella se vio envuelta en un mundo en el que para vivir del arte tienes que luchar mucho y enfrentarte a temporales. Decide viajar a Madrid a probar suerte y no le dice nada a nadie. Se va siete años a Madrid dejando atrás a su pareja del momento, a su madre, a su hermano, por luchar por su sueño.
Tiene un carácter fuerte, aunque a la vez también mucha fragilidad. Ha vivido una vida muy solitaria. Uno de sus iconos emocionales o personales es el orgullo. Yanet es muy orgullosa, la veo como una leona. Yanet incluso se cambió el nombre, ella se llamaba María, pero se creía una diva, se creía Beyoncé y dijo que quién mejor que ella para venirse arriba. El orgullo y poco a poco la fragilidad es lo que más no va a hablar de su carácter.
¿Cómo se ha configurado el estilo de Yanet? ¿Qué tiene de ti el personaje?
Estaba bastante claro y marcado a raíz de mi casting. Cuando voy a un casting para mi ya me han cogido. Yo tengo un trabajo para ese día. Voy con todo, me maqueo, me vengo arriba, me hago mi labio y fui con mi Yanet. Cogí referencias de la película «Showgirls», del personaje de Nomi. Pensaba que Yanet tenía ese pelo rubio, esas uñas, con mucho rosa… Yo quería rosa, que en el feminismo nos hemos ido muy a que las mujeres tienen que usar pantalones, pero el rosa también está ahí, le queda bien a un hombre, a una mujer y a un decorado. Da mucha luz. Me tiré a la piscina y reinventé a la Bratz.
Yo la tenía bastante clara, quería que fuera muy «Flow 2000», con un estilo muy de ahora. El rollo urbano ya estaba claro, pero yo le he dado mi rollo, que si una cadenita por aquí, que si un pelo muy atrevido, un eyeliner metalizado, que ya aviso que se va a poner de moda este año. La vestimenta es un enlace directo para mi para conectar con el personaje. Me veo en el espejo y ya se me pone la mirada de Yanet, es una buena muleta.
Yanet prueba suerte en muchos castings, te ha recordado a tus inicios?
Seamos periodistas o artistas, todos nos hemos visto envueltos en ese afán de que nos entiendan y encontrar el lugar que queremos. No solo como actriz, también como bailaora, que es mi otra gran pasión, me he encontrado con esto. Es algo que se ve en el día a día. La mayoría de mis amigos, si no cantan, bailan o son músicos. Y es una vida dura, en la que hay muchos noes.
Me parezco a Yanet en el punto de que nada me va a frenar. Tengo mucha paciencia, porque quiero llegar a todo lo que pueda dar de mi, pero sin perder mi esencia. Me he sentido muy identificada con Yanet. Y como me jacto de tener empatía, aunque en aspectos no me pueda parecer a ella, viendo a mis compañeros y compañeras de vida, yo creo que todos hemos sentido el querer llegar a nuestro objetivo profesional y que cueste.
¿Te has llevado muchos noes?
El no más grande que me he dado he sido yo misma. La exigencia te puede jugar una mala pasada y sobre todo en el mundo del pluriempleo. Llega un momento en el que debes bajar la exigencia y decirte que vas a llegar hasta donde puedas llegar. También hay momentos vitales en los que puedes dar más y puedes dar menos. Me he llevado noes en la vida, pero cada casting me ha dado una visión de lo que podría haber hecho mejor y un toque de realidad y de humildad que todos necesitamos. No siempre depende únicamente de ti. A veces estás en el lugar y momento indicado, a veces tienes un día brillante, otro tienes un día de perros.
Estás viviendo un momento muy dulce, cómo haces por mantener los pies en la tierra?
Me ha ayudado mucho pensar que soy humana. Mirar a la cara y a los ojos a la gente y compartir preocupaciones. La empatía creo que es una de las piedras filosofales de mi profesión. También mucha meditación. Ver a mi gente, venir a grabar con mi perro, que me lo llevo a todos lados. Recordar que al final no estamos operando a corazón abierto. Trabajar en la cultura a veces es difícil porque pones tanto de ti que te sientes expuesta y vulnerable. Si lo haces desde ti y eres coherente contigo misma va a salir bien. Y si no sale bien tal vez es que no hay que estar ahí.
Ha sido un rodaje muy corto y rápido, cómo has vivido este ritmo de trabajo?
Está siendo un trabajo frenético. Todos queremos dar lo mejor. Las plataformas han dado un espacio de creación muy amplio, se está produciendo mucho en España. También se están dando oportunidades a caras nuevas. Somos un oficio con un 98% de paro. Es muy importante que haya producción.
Sin embargo, me gustaría alzar la voz a la crítica. Con todos mis respetos, se que hay cierto dinero y tiempo en el que se puede producir, pero te ponen dos o tres meses para generar una producción, en la que todo el equipo queremos dar lo mejor de nosotros mismos y aunque vamos apretados acaba saliendo, pero no hay que olvidar que estamos haciendo un trabajo creativo. Tendría que tener un espacio de cúpula, un útero de creación cuidado en el que el tiempo sea tan importante como la proyección y promoción posterior. Ha sido frenético, al final lo acabamos sacando, pero invito a las grandes esferas a que nos de un poco más de tiempo, porque la cultura es la que refleja el mundo en el que estamos viviendo y dar luz a eso es muy importante.
¿Cómo has vivido la faceta musical de la serie?
Victor Elías y Jaime Vaquero han hecho un trabajo brutal. Hacer la música original para cualquier producción es un gran reto. Lo han hecho muy bien porque han plasmado el carácter de cada personaje. El trabajo con ellos ha sido potente porque, a priori, un compositor te da una base, pero es como un guion, está en plano y tienes que levantarlo. He puesto bastante de mí. Lo he hecho con todo el amor, pero con mis limitaciones, aunque me gusta cantar. El gusanillo del cante siempre lo he tenido ahí. Mi mamá hizo clases de canto cuando yo estaba en la barriga y creo que algo se me quedó.
¿Te planteas publicar tu propia música?
Algo tengo escrito, soy muy letrista, me gusta escribir poemas, leer, y me gusta expresar en todos los campos que pueda. Me parecen palabras mayores decir que en algún momento pudiera ser cantante, pero sí que, desde la humildad, me gustaría alzar la voz y poder compartir con el mundo lo que canto mientras hago un puchero.
¿Cómo has trabajado el acento malagueño?
El acento lo he limado un poquito. Me he apoyado como muleta en que lleva siete años en Madrid, pero le he dejado algún deje. Al principio de la serie ha estado más neutro pero poco a poco le he metido algún dejecillo, pero poca cosa. Sobre todo en los momentos que se junta con los personajes de Tania y Rubén, que son el aire de la serie, son los cascabeles que hacen brillar a los personajes y a la serie, ya que Yanet tiene momentos duros.